1.- Dejar el vino en la nevera, el frio excesivo, así como los cambios bruscos de temperatura, son malos para todos los vinos.
2.- Dejar el vino de las cajas boca arriba, hay que volcar las cajas y abrirlas por el frente, guardando las botellas como si estuvieran en botelleros.
3.- Usar el estante de arriba de la cocina, un clásico de cocina es que tenga de serie un espacio para botelleros a los lados de la campana, encima de los fogones, eso para el vino es malo, ya que le llegan olores, se expone al calor, a la sequedad y a la luz, lo peor para el vino.
4.- Cerrar la botella con el corcho de nuevo. Lo mejor es taparlo con una bomba de vacío manual, y dejarlo en un lugar fresco y oscuro, pero nunca taparlo con el corcho, puesto que se ha contaminado, ni meterlo en la nevera.
5.- Encerrar el vino en una habitación cerrada y sin ventilar. Dejar los vinos en un habitación oscura y a menos de 20 grados es una muy buena opción, pero debemos vigilar la humedad y que tenga buena ventilación para que no florezcan hongos en el corcho y que no coja malos olores.